2020 un año catártico para toda la humanidad. Una pandemia se introduce en cada poro de nuestra vida. Se eliminan las interacciones sociales para poder protegernos sobre un virus del que desconocíamos casi todo. En las empresas, se instala el teletrabajo como motor productivo. Y comienza a hablarse del “liderazgo en la nueva normalidad”.
Normalidad, un concepto cada día más abstracto porque ¿qué es normalidad? Aun viviendo en pandemia, se abre la puerta a un escenario bélico en Europa oriental con la guerra entre Rusia y Ucrania. Además, convivimos con un desarrollo tecnológico cuya evolución es más rápida de lo que somos capaces de interiorizar. Interactuamos cada vez más, con la inteligencia artificial y el metaverso ya presente, y cuyo desarrollo se halla a la vuelta de la esquina, nos habla de realidades alternativas donde podremos abrir nuevas vías de negocio. ¿Avatares, ciberespacio, realidad aumentada? Serán en breve conceptos tan comunes como el ya instaurado smart working.
Teniendo en cuenta pues, este presente ¿para qué no hablar del liderazgo HOY?
Los líderes de hoy en día tendrán que conocer, cuidar e integrar conceptos como resiliencia, agilidad, creatividad y humildad.
¿Para qué?
La resiliencia, tan practicada últimamente, es esa capacidad de obtener resultados positivos aceptando y adaptándose a las adversidades. ¿Cómo?Aprendiendo de los errores, enfrentándose a situaciones complicadas y sabiendo gestionar la incertidumbre propia y la del equipo que te acompaña.
Otro gran pilar del liderazgo HOY es la agilidad.Entendida esta, como la capacidad de desarrollar un pensamiento crítico que sepa discernir la importancia o no, de las informaciones que nos rodean.Agilidad también, es saber gestionar el conflicto y conseguir la conexión del equipo. Ese grupo de personas, dispersas físicamente, pero que logran compartirlos valores de la empresa y sentirse alineados con los mismos.
Poner foco en la solución y no en el problema, es el interruptor que enciende la creatividad. La necesaria creatividad, inherente a cada uno de nosotros, es también bandera en este “Liderazgo Hoy”porque cada día la pregunta de todo líder que se precie podría ser ¿cómo abrir la puerta a nuevas posibilidades? o quizás, ¿cómo pensar más allá de lo que hasta la fecha hemos considerado normal?
Resiliencia, agilidad y creatividad, estos Tres Mosqueteros del “Liderazgo HOY” se quedan cojos, sin su propio D'artagnan. La humildad.Virtud que consiste en el conocimiento de las propias debilidades. Y es que, abrir la puerta a la consciencia de las propias debilidades es el primer punto para activar planes de mejora, para instaurar hitos, para aprender y transformarse. La humildad se pone de manifiesto cuando los líderes saben pedir ayuda. Dejando de lado el ego, y desarrollando una fuerte autoestima tanto del individuo como del mismo sistema para convertirse en la mejor tabla de salvación.
El reconocimiento de que no lo sabemos todo, que no poseemos todo, que no podemos con todo, es el primer paso para aprender, para absorber nuevos conocimientos, para entrenarnos en distintos paradigmas y salir fortalecidos.
¿Cómo se pide ayuda? Pedir, según el Diccionario de laReal Academia Española es; expresar a alguien la necesidad o el deseo de algo para que lo satisfaga. Y para expresar aquello que necesitamos o deseamos debemos ser muy concretos con la petición. Y ser concretos, requiere de análisis y de autoconocimiento. De parar y pensar qué necesitamos, para qué lo necesitamos y cómo el otro puede sernos de ayuda. Toda una tarea de introspección, que nos lleva de viaje a saber qué somos como empresa, y hacia donde queremos llegar.
El valiente acto de pedir ayuda requiere de una comunicación clara, concisa, sin preámbulos innecesarios, sin circunloquios. Palabras contadas que se expresan con seriedad, con seguridad, y con la madurez de entender dos aspectos; en primer lugar, cualquier persona o empresa, en algún punto de su evolución ha estado en la misma situación que nosotros, y, por otra parte, madurez para recibir del otro, un no, por respuesta.
Y entonces, de nuevo encendemos motores, y tiramos del hilo de la creatividad, para buscar nuevas puertas, para hacer llegar nuestra petición a otros oídos y ver en el ínterin cómo reacciona el otro, como empatiza y empatizamos, como de los no es también hay aprendizaje, y como de los síes hay transformación.
Isabel Juárez
