Lo valioso de la arruga
Quedan ya muy pocos días para dar el pistoletazo de salida a las vacaciones de Navidad, y entonces muchos tendremos mil planes con la familia, los amigos, ver las luces, comer mucho y hablar más… las compras de última hora… y por supuesto, siempre habrá un huequito merecido a la par que necesario de sentarnos y ver una buena película.
¿Qué os proponemos?
LEO. La película animada y protagonizada por Adam Sandler y parte de su familia, la cual está disponible en la plataforma Netflix.
Leo es una lagartija que ha sido la mascota de la clase de sexto desde que tiene uso de razón. Los años pasan, los cursos se repiten y un día Leo se da cuenta de que le queda tan sólo un año de vida y su existencia se ha reducido a la nada, absorbido siempre por esa rutina escolar donde él era un mero entretenimiento más.
Este despertar y ser consciente de que el tiempo que le queda es limitado y su extraordinaria capacidad de hablar con los niños, serán un punto de inflexión para que este docto reptil se dé cuenta de que su madurez, su veteranía, sus arrugas, su sapiencia son sin duda la pócima perfecta para espejar a unos niños con inseguridades.
Esta lagartija empieza a conectar en primer lugar con la niña habladora de la clase.Esa metralleta andante que sólo busca caer bien vomitando todo lo que le pasa por la cabeza sin hacer un parón y preguntarse ¿qué pasaría si en vez de poner el foco en mí lo pongo en el otro? Leo, como el mentor que todos querríamos tener, la deja el espacio para pensar y llegar a la conclusión de que la empatía empieza con una pregunta abierta, pregunta que te ayuda a conectar a construir un puente entre tú y tu mochila y la del resto de personas.
Después de ella, llegarán otros que son perfectamente encuadrados en los tópicos que hoy en día son más reales que nunca y aparecen en muchas aulas. El hiper protegido por sus padres que desconoce el valor y la sensación de la palabra libertad. La niña perfecta que está obligada a ser un referente y un ejemplo a seguir y cuya presión consigo misma la hace soberbia y exigente, pero sobre todo infeliz. El “matón” de la clase que intenta acallar su inseguridad y su creencia propia de que es tonto e inferior a base de golpes con los más débiles, o la niña de padres separados que echa profundamente de menos a su abuelo porque él tenía tiempo y ganas de conocer más sobre ella y sobre su apasionante destreza con las ciencias… Ella deja de ser un mal llamado “bicho raro” para ser una persona segura de sí misma, de su intelecto y de sus capacidad innata para dar respuesta a muchos interrogantes.
Todos estos niños de último curso de primaria tienen un fantasma, un monstruo verde en sus cabezas que les limita y les condiciona a la hora de verse a sí mismo y de socializar con los demás. Y entonces, llega Leo, esta simpática lagartija cuya exitosa premisa es escuchar, no juzgar y dar luz a aquellos complejos infantiles reduciéndolos éstos, desde el cariño, a simples retos que abordar y aceptar desde la normalidad.
Leo es ese abuelo, con cuya presencia y consejos te hace sentir que eres capaz de cualquier cosa. Porque visualiza en ti la fortaleza que aún desconoces tener.
Una película para todos, donde pequeños y grandes nos sentiremos identificados, nos hará reflexionar y nos regalará unos minutos de infancia con propósito.
¿Te la vas a perder?
Si la has visto, déjanos tus comentarios.
