Hoy es Halloween y haciendo honor a la festividad de este espeluznante día vamos a “pasar revista” a los posibles “monstruitos” que configuran algunos equipos.
Y es que se nos ponen los pelos de punta cuando dentro de un sistema de trabajo, familia o amigos aparecen esos seres que como alma en pena vagan por los pasillos de tu vida con una energía lastimera que puede borrarte de un plumazo no sólo la motivación, sino que además puede cortarte a pedacitos las ganas de trabajar.
¿Cuáles son los “monstruitos” más llamativos?
Usando la terminología de Halloween podemos encontrar…
- La Novia Cadáver; es representada por todas aquellas personas que se sirven de la queja para sobrevivir. Ese uso constante del “pero”, “lo peor”, “nunca” son palabras que aparecen reiteradas en su lenguaje habitual. Consideran que el mundo está en su contra y que ellas son víctimas de una realidad hostil. Se sienten desamparadas y llenas de desasosiego porque no ven posible una vida mejor. Esta queja constante, deriva en aumento del cortisol, lo que propicia un bucle de pensamientos negativos que impiden la acción.
- La Familia Adams: en este caso, son varios “monstruitos” unidos por la causa. Son aquellas personas que unidas por intereses comunes alejados en muchas ocasiones de los interese propios de la compañía, se asocian generando los llamados“Reinos de Taifas” es decir, esos grupos que critican en la sombra la realidad corporativa. Debilitan el sistema ordinario de comunicaciones y la falta de transparencia conduce al deterioro de la productividad.
- Los fantasmas encadenados al pasado: ¡Amigos y amigas! Éstos son los que ante cualquier cambio, transformación o avance claman al cielo exponiendo: “esto en mi época no pasaba” “el mundo se ha vuelto loco” o “antes sí sabíamos trabajar”, “antes las personas no éramos números”, “antes todo era eficiencia, los procedimientos tenían unos tiempos determinados, hoy todo es locura, caos e insatisfacción”.
- Los vampiros y las vampiras son aquellas criaturitas que saben perfectamente clavar el aguijón. Aquellos se sirven del trabajo de otros para ponerse la medallita. Se mantienen en la oscuridad y sólo aparecen cuando el proyecto se halla en su máxima expresión, para ir al jefe o la jefa y mostrar la rapidez de su ingenio. Se llevan las medallas a costa del trabajo duro del resto.
- Por supuesto, no nos podíamos olvidar de los zombis; esas personas que, aunque hayan venido de un viaje al Caribe parecen cansadas de todo. No hay zumo de naranja que los revitalice, y su desgana está relacionada con su propia falta de propósito dentro de la empresa.
- Finalmente, como elemento decorativo de toda fiesta de Halloween que se precia podríamos nombrar como último de nuestros monstruitos, la calabaza desencantada. Y es que, está entre nosotros una figura muy concreta. Aquel que vino para salvar tu vida, la oficina, la empresa o incluso al mundo. Tenía brillantes referencias debajo del brazo, su perfil, el más buscado en las redes sociales, su puesto quizás cerca de las altas esferas, sus propuestas de mejora eran grandiosas y al llegar las doce la bonita carroza se convirtió en calabaza. Todo lo prometido quedó como dice la canción en “Lo que pudo ser…”.
Éstos son solo algunos de los “monstruos” que pueden ser parte de nuestro hoy, de nuestra realidad. Y lo mejor de todo, es que todos y cada uno de nosotros en algún momento, nos vestimos con alguna de las indumentarias anteriores, deteriorando quizás la vida de otros, pero sobre todo lastimando la propia.
Así pues, teniendo en cuenta de que el 70% de los empleados no dejan sus trabajos por la empresa en sí, sino por cómo son sus líderes.
¿Qué cambios vas a hacer tú para que se vean reflejado en cada uno de tus colaboradores?
En AMAGI somos expertos en transformar “monstruitos” en personas felices con ganas de aportar a los equipos y hacerlos más grandes, más productivos y en definitiva…más unidos.
¿Te atreves?
